Un sistema virtual de semáforos para coches comunicados que puede ofrecer un tráfico mucho más fluido


La regulación del tráfico utilizando semáforos físicos ha sido, hasta la fecha, la solución más eficaz y sencilla para gestionar adecuadamente la prioridad de paso en zonas problemáticas de la ciudad.

Sin embargo, la irrupción de los coches comunicados y la tecnología que está apareciendo en la actualidad (V2V y V2I) nos lleva a realizar la siguiente pregunta: ¿Existen formas más óptimas de gestionar el tráfico, teniendo en cuenta estos avances?

El experto profesor de la Universidad de Carnegie Mellon, Ozan Tonguz, ha estado mucho tiempo analizando la cuestión y ha llegado a la conclusión de que es necesario ir a un nuevo modelo de gestión de prioridades, pasando de los semáforos físicos a un sistema virtual de semáforos que cada vehículo visualizara en el panel de su coche.

La idea sería la siguiente: Cuando un coche se aproxima a una intersección, automáticamente transmite toda la información (ubicación y velocidad) a otros coches cercanos, a la par que recibe dicha información de ellos. El sistema virtual procesaría la información de todos los vehículos de la zona, y determinaría la prioridad de cada uno de ellos, indicándoles en su propio coche si tenían que parar (una luz roja) o bien podían continuar la marcha (luz verde).

Esto otorgaría un nivel de seguridad muy superior al actual, ya que todas las intersecciones y zonas complejas se gestionarían de la misma forma (en la actualidad, en algunas hay semáforos, y en otras simplemente pasos de cebra o stop, que no siempre son convenientemente respetados). A más semáforos (aunque virtuales), más seguridad.

El segundo beneficio sería que se obtendría un tráfico mucho más fluido y eficaz, por ejemplo, si el sistema reconoce que no viene ningún coche en dirección contraria, siempre podría visualizar en modo verde el semáforo del vehículo propio, de forma que se ganaría mucho tiempo, y se evitaría la formación de atascos que, en ocasiones, ocurren por la mala gestión de los semáforos (que funcionan utilizado un modo general, pero se adaptan mal a imprevistos concretos).

En simulaciones realizadas en Portugal, el sistema mejora la circulación en horas puntas de una forma muy considerable, reduciendo en un 60 % la congestión (densidad de vehículos en una zona concreta) existente.

Aunque la tecnología necesaria para este sistema ya está desarrollada, falta todavía tiempo hasta que la podamos ver en funcionamiento, ya que para ello es necesario que todos los vehículos cuenten con sistemas de estas características, ya que si sólo uno de ellos no lo tuviera, podría ser un caos.

Lo que parece claro es que los nuevos avances en comunicación entre vehículos y con la infraestructura, y en autonomía de los vehículos, van a cambiar por completo el paradigma de conducción y seguridad al que estamos acostumbrados.