¿Cómo mantenemos la seguridad en nuestra red de carreteras utilizando menos dinero?


La importante reducción en los presupuestos para conservación de carreteras de los últimos años, pasando de 1.300 millones de euros en 2009 a la cifra de 873 millones para este año, fruto de la crisis existente a todos los niveles, ha llevado a que empresas y organizaciones del sector alerten de la importancia que tiene para un país contar con unas vías en perfecto estado. 

Sin embargo, existe un factor que ahora más que nunca es necesario resaltar y exigir a nuestras administraciones responsables de las carreteras: Es imprescindible gestionar de una forma mucho más eficaz los recursos existentes. 

Es imprescindible que los responsables de la gestión y conservación de las carreteras asuman que la tecnología no es capricho de unos geeks, o un elemento que no va con ellos, sino que sólo a través de sistemas informáticos desarrollados y pensados para la gestión de las carreteras, se puede controlar, manejar y gestionar de forma eficaz la gran cantidad de recursos y datos que forman parte de las mismas.

Resulta muy preocupante que uno de los sectores que precisa un tratamiento de un mayor número de datos e información, mucha de ella crítica y que debe ser gestionada en tiempo real, no cuente (salvo honrosas excepciones como la Demarcación de Carreteras de Aragón) con sistemas tecnológicos que le ofrezcan y faciliten la labor al gestor de las vías. 

Ahora que los recursos son limitados, es IMPRESCINDIBLE exigir que se gestionen de forma óptima, y en el caso que nos ocupa, que la se implante una tecnología que permita:

  • Conocer en todo momento el estado exacto de cada elemento de la vía, las inspecciones que se han realizado, y el conjunto de elementos que no cumplen el mínimo exigible.
  • Controlar al instante todos los sistemas de información de las carreteras (cámaras, estaciones meteorológicas, GPS, Paneles, Aforos y Básculas), pudiendo visualizar los deseados.
  • Organizar los trabajos de vialidad a realizar por orden de prioridades, pudiendo analizar a posteriori todas las acciones ejecutadas, y determinar los problemas existentes.
  • Obtener de forma automática la información de las acciones a tomar (relativas a los elementos de la carretera o al firme) para optimizar los recursos existentes. Es decir, en función del presupuesto con el que se cuente, determinar qué actuaciones tienen mayor prioridad.
  • Conocer las zonas más problemáticas de accidentes, y poder tomar a tiempo medidas que eviten nuevos problemas. 

Ahora más que nunca debemos exigir a nuestros gestores que no se amparen únicamente en el recorte, y que complementen su conocimiento técnico con los medios informáticos apropiados, para que cada euro sea bien empleado. Sólo de esta forma podremos seguir contando con unas vías  y carreteras tan buenas como las que tenemos en la actualidad.