Investigadores crean un combustible similar al diésel con la ayuda de bacterias


La Escherichia coli o E. coli es una bacteria que se encuentra el intestino de muchos animales y también de los seres humanos que participa en el proceso digestivo. Esta bacteria es una de las más estudiadas desde que fuera descrita por primera vez en 1885.

Hemos conocido que un grupo de investigadores de la Universidad de Exeter en colaboración con la empresa de carburantes Shell han llevado a cabo una pionera investigación en la que han desarrollado un método para que esta bacteria produzca, en diminutas cantidades y a partir de azúcares, unos hidrocarburos muy similares al combustible diésel que puede ser compatible con los motores actuales.

Unas cepas especiales de E. coli convierten azúcares en grasa para construir sus membranas celulares. Aprovechando este proceso de producción se pueden crear moléculas de combustible sintético. Aunque es necesaria una gran cantidad de bacterias para crear una pequeña dosis de este tipo de combustible, el trabajo que están desarrollando busca obtener una posible producción comercial.

La diferencia de este combustible con otros biodiésel es que no necesita ser mezclado con productos derivados del petróleo para poder ser utilizado en los motores actuales, cosa que sí sucede con los biodiésel derivados de aceites vegetales.

Según el profesor de la Universidad de Exeter, John Love, la sustitución del diésel convencional por este tipo de combustible sería un gran paso hacia el cumplimiento del objetivo de una reducción del 80% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.