Usando la aplicación Strava para construir mejores carriles de bicicleta


La mejor forma de desarrollar servicios que se adapten a los usuarios es conocer su comportamiento – no lo que dicen, sino lo que hacen – y precisamente esta pauta es la que se está tomando en Oregon, que para conseguir crear una red de carriles-bici del gusto de los ciudadanos, y ante la falta de datos que tenían las autoridades sobre las pautas de comportamiento de los mismos, han decidido utilizar la aplicación Strava, para conocer por dónde se mueven éstos.

Para los responsables de Oregon era crucial conocer los trayectos reales utilizados por las personas que van en bicicleta, dónde es el origen y final de los mismos, así como las rutas seguidas en la actualidad, para poder adaptar sus infraestructuras a los usos reales de sus ciudadanos.

Muchas veces, las decisiones que parecen lógicas sobre el papel no son luego las que mejor utilidad tienen, y precisamente ésto era lo que querían evitar. Las características de una aplicación como Strava, que no sólo indica la ruta seguida sino, por ejemplo, las zonas donde aceleran o frenan los ciclistas, pueden ofrecer una información de un alto valor añadido, si se sabe analizar.

Además, subyace un importante concepto en todo esto: Si ya se dispone de una amplia cantidad de datos reales, no tiene sentido destinar grandes partidas de inversión a poner nuevos medios para captar esos datos, vale más aprovechar los que hay, y destinar ese dinero a fines más útiles.

Aunque todavía está en fase de proyecto piloto, en Oregon son muy optimistas sobre las ventajas que puede aportar este sistema, viendo los cuellos de botella existentes en la actualidad, y la forma de evitar aquellos lugares más peligrosos.