Tecnología para mejorar la fluidez del tráfico en China y facilitar la llegada del vehículo autónomo


Uno de los grandes problemas de China está relacionado con la frecuente aparición de atascos en sus ciudades. El importante aumento de automóviles, unido a la lenta construcción de carreteras, ha configurado una situación de caos que afecta diariamente a todos los ciudadanos.

En la búsqueda por encontrar soluciones viables, numerosos expertos confían en que sea la Inteligencia Artificial la que permita resolver este problema, monitorizando los vehículos de la carretera, y estableciendo las mejores rutas, las velocidades óptimas, y los movimientos adaptados a cada caso.

Posteriormente, la conducción autónoma tiene que ser el siguiente paso, ofreciendo tiempo a los usuarios para realizar trabajos mientras circulan, y aumentando la seguridad, ya que se espera reducir considerablemente el número de accidentes, de los cuales un 90% son causados por errores humanos.

Para ello, las carreteras estarán equipadas con sensores que recopilarán datos y se comunicarán con los vehículos, proporcionando información del tráfico y el estado en tiempo real.

Muchos de estos desarrollos ya están en marcha, ya que existe un elevado interés de empresas de automóviles y tecnológicas por implantar pronto el vehículo autónomo, y ser pioneros también en este campo.

Pero como todo, esto requiere de sus pasos, y en China lo tienen muy claro: Ir integrando tecnología e información, ofreciendo sistemas cada vez más avanzados que puedan derivar en la implantación del vehículos autónomo.