acera

¿Cómo serán las aceras del futuro?


Uno de los elementos más importantes de las ciudades, al que no se le presta generalmente mayor atención, es la acera de las calles, para cuya construcción se han venido utilizando hasta la fecha diferentes materiales, desde el granito, hasta el hormigón o asfalto.

Aunque a corto plazo, en relación con la construcción de nuevas aceras, estamos asistiendo a un debate sobre los materiales a emplear que únicamente consideran factores relacionados con la sostenibilidad – aspecto, según un estudio de la UAB, más deficitario de las aceras de granito – o la duración, a medio plazo, es posible que veamos un cambio radical en el tipo de materiales, y su objetivo, utilizados en la construcción de las aceras.

Por una parte, vemos como se está empezando a experimentar en ciudades con un clima adverso de Estados Unidos, como New York, con un nuevo modelo de aceras que incorporan, de forma integrada, un sistema calefactor (tubos que llevan agua caliente), que permite derretir automáticamente la nieve, evitando tener que contar con operarios para realizar esta labor. Aunque el coste de este tipo de aceras es más elevado, en determinadas zonas resulta rentable por el ahorro en personal de vialidad invernal necesario que lleva asociado.

Por otra parte, muchas empresas están trabajando en la línea de aprovechar la enorme infraestructura que representan las aceras para, con los materiales adecuados, conseguir que se conviertan en generadoras de energía. En esta línea trabaja la empresa Pavegen, que ha desarrollado un modelo de baldosas que permite convertir la energía cinética desarrollada por las pisadas de los peatones en electricidad.

Igualmente, las aceras se pueden convertir en una fuente de energía pasiva, con los materiales que permitan transitar por ellas, y a la vez aprovechar la luz solar para generar una energía limpia y sostenible que permita, entre otras cosas, abastecer el alumbrado público de la calle en la que está instalada.

Otro de los modelos en los que se está trabajando, de los cuales hablamos ya en Tecnocarreteras, es en el uso de materiales que permiten capturar energía durante el día, para iluminar la zona durante la noche. 

Todas estas ideas, y otras que van en la línea de reutilizar materiales como gomas de los neumáticos para crear aceras de goma (una solución que se está extendiendo mucho en algunas zonas de los Estados Unidos), no hacen sino comenzar un proceso en el que pronto iremos viendo novedades, sobre cómo aprovechar de una forma más eficaz las aceras, adaptándolas a las necesidades y los requisitos de las ciudades y los ciudadanos del Siglo XXI.