curva

Conociendo un poco más acerca de los peraltes de las curvas


La RAE define a los peraltes como la mayor elevación de la parte exterior de una curva en relación con la interior. Todos los conductores saben que las curvas de nuestras carreteras están más o menos peraltadas en función de su radio y velocidad de la vía, entre otros elementos.

El peralte en sí podría entenderse como un elemento más de seguridad vial, y el papel que juega está muy relacionado con la física. Cuando un vehículo toma una curva, las diferentes fuerzas que actúan sobre él al hacer el giro provocan cierta tendencia a seguir en la dirección inicial, es decir, recto. El peralte contrarresta estas fuerzas, ayudando a que el vehículo permanezca en la vía y evitando su salida de la misma.

Para el cálculo del peralte hay que tener en cuenta principalmente el radio de la curva, el peso del vehículo y la velocidad del mismo, y con esto los ingenieros calculan las dimensiones para que los peraltes sean válidos para la mayor parte de los vehículos que transitan por una carretera. La importancia de estos peraltes puede comprobarse fácilmente si comparamos el tráfico de una carretera con el que se produce en un circuito de carreras. En este segundo, los vehículos por norma general son más ligeros y van más rápido, lo que hace que los peraltes de las curvas de los circuitos sean notablemente superiores a los que una curva de ese mismo radio tendría en una carretera. Esta característica se puede ver fácilmente en los famosos circuitos ovales de velocidad, como los utilizados por la Nascar.

Pero esta relación entre competición y carreteras no es casual, no en vano, el primer lugar donde se incluyeron los peraltes fue en los circuitos de carreras. Desde aquel momento, tuvieron que pasar unos cuántos años hasta que finalmente, en el primer gran plan de carreteras que se acometió en España, y que conllevó la creación del Circuito de Firmes Especiales en el año 1926, se introdujo el peralte en las carreteras, siendo nuestro país pionero en ese sentido, puesto que nunca antes se habían ejecutado peraltes en las carreteras.

Y desde entonces hasta hoy, los peraltes nos acompañan en cada curva de nuestros viajes.